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Viaje a los sueños (polares)

Desvaríos hormonales

Desvaríos hormonales Hoy he descubierto que existe una hormona del hambre. Se llama grelina. Sabía que había una del no-hambre, la saciedad, pero lo que a mí me sucede es que desde siempre he comido como si tuviera que alimentar a una familia de tenias. Mi madre nunca tuvo que perseguirme con la papilla por la casa. Siempre le abría la boca al avioncito.
Por suerte mi metabolismo elimina gran parte de las calorías de una manera desconocida, y me mantengo dentro de unos límites "normales". De hecho, la alimentación de esta isla ha conseguido que pierda alguno de esos kilos que pillé cuando las nieves sitiaron mi habitación hace cuatro años y me tiré dos meses de estudio intensivo para hacer diez exámenes de tirón.
Aún así y a pesar de la monotonía alimentaria y la ausencia de madre, como más que nadie por aquí. Y la culpa de todo es de esa hormona. Lo bueno de la biología es que siempre encuentras alguna molécula a quién culpar de tus peculiaridades. Ahora sólo me falta que alguno de mis amigos biólogos de laboratorio se proponga descubrir la hormona del viajero, que es en estos momentos la que me trae de cabeza. Porque acabo de aterrizar y ya estoy planeando mi siguiente escapada. Esta vez zarparé hacia **********.

Es lo que tiene el haber acabado los exámenes, que mi cabeza está demasiado desocupada.

1 comentario

oroD -

Yo parece que perdì todas las molèculas del hambre y del no hambre este junio pasado, cuando adelgacè...

Ahora para mì, comer es un simple acto reflejo... Me enconta, pero no tengo la necesidad...