Triste, Turquía.
Amo Turquía. Me encanta por ser encrucijada entre el pasado y el futuro, entre Oriente y Occidente, entre Europa y Asia. Quizás por eso me duelan sus problemas, y hoy me siento triste, porque veo que a pesar de los esfuerzos de su pueblo, aún queda mucho camino por recorrer.
Hoy han asesinado allí a un periodista de origen armenio, que ya estaba teniendo problemas con la justicia por tener una opinión diferente acerca de un hecho controvertido como el genocidio armenio durante la I guerra mundial. Un millón de armenios habrían muerto a manos del ejército otomano hace noventa años.
Hrant Dink, y un pedacito más de la Libertad de expresión, han sido asesinados hoy. Los muertos del pasado vuelven como zombies, para seguir llevándose vidas en el presente.
Hoy, triste día.
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Anónimo -