Una casa con abuela
Mi abuela ha venido un mes a vivir a mi casa. Y claro, ya empiezan los cambios. Que nadie piense que no la quiero. Es un poco talibana pero es mi abuela y la quiero, y sólo yo me meto con ella. Pero convivir con ella altera mis hábitos, aparte de que se escandaliza con lo poco que estoy en casa, especialmente los fines de semana. Y ya no me esperan a cenar ni diez minutos porque es muy estricta con las horas; y yo hay días que llego a las 8 y otros a las 10, según tenga entrenamiento, o conferencia, o qué sé yo... Ah, por supuesto me dice que me afeite que estaré más guapo. ¡Cómo si eso me hubiera importado alguna vez!
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anita -