Analisis de dos semanas de Ramadán
Llevo ya 14 días de Ramadán (ding-dong). Creo que ya tengo suficientes datos como para hacer un primer análisis.
Cosas que no me gustan del Ramadán
La gente se pasa el día durmiendo para no tener hambre. Es un rollo.
Los bares y las tiendas (de comida) están cerrados casi todo el día.
Han cambiado el horario del Hammam, sin avisar.
He pasado de la sobredosis de té al síndrome de abstinencia.
Siguen llamando a la oración a las 4 de la mañana. Ahora incluso parece que con más insistencia.
Cosas buenas del Ramadán
Como mi asistente ni come ni bebe, en la mochila solo llevo mi comida y mi agua, y pesa menos cuando estoy en la montaña. Y no tengo que compartir el chocolate.
La sopa que llaman Harira es muy sabrosa. Y me encantan los dátiles.
La gente me respeta si quiero comer (aunque como no hay nada abierto para comer...).
Podré decir que he sobrevivido al Ramadán.
Es decir, más cosas malas que buenas. Yo no me puedo quejar ya que cuando nadie me ve, como de las reservas que hay en mi habitación o llevo en mi mochila. Eso incluye chocolatinas, manzanas, anacardos o incluso lomo ibérico que me traje de España (¡Gracias mamá!)
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madeleine -