Dos horas de diferencia
Si entras a un concierto gratis y te lo pasas genial, en compañía de buenos amigos y con anécdotas que recordarás toda la vida, no te puedes quejar, ¿verdad que no? Pues eso es lo que me pasó a mí el sábado. Pero el día siguiente, domimgo, ha estado a la altura.
A pesar de que la difusa línea entre ambos días sean apenas dos horas que me reencontré con mi cama, he empezado el día con ganas de hinchar globos de colores, reencontrar viejos amigos, confundirme entre niños de todas las edades, dormir la siesta tendido al sol, dejar miles de huellas a mi alrededor y danzar ritmos desenfrenados al compás marcado por los timbales verdes o blancos.
Y bailar el vals de Amelie contigo.
A pesar de que la difusa línea entre ambos días sean apenas dos horas que me reencontré con mi cama, he empezado el día con ganas de hinchar globos de colores, reencontrar viejos amigos, confundirme entre niños de todas las edades, dormir la siesta tendido al sol, dejar miles de huellas a mi alrededor y danzar ritmos desenfrenados al compás marcado por los timbales verdes o blancos.
Y bailar el vals de Amelie contigo.
4 comentarios
buho -
Julien -
Aldeana -
Me alegro de que disfrutárais el sábado :-)
oroD -