40 grados
No es la temperatura de la isla en este tórrido verano austral que extrañamente (gracias, meteo) está siendo pobre en lluvias.
No es tampoco la graducón del ron Charrette, orgullo de esta isla de caña de azúcar (llega a los 49º y casi ni se notan cuando está bien mezcladito).
Era más bien la fiebre que me había invadido el lunes por la tarde y todo el martes. Por supuesto, no ha sido capaz de retenerme en la cama, y he ido a la playa con J y S, los dos italianos que junto conmigo, son el último ejemplo de vida mediterránea que queda por aquí, y que se van también una semana más tarde que yo... La isla no será lo mismo si sólo quedan ingleses, alemanes, canadienses y algun que otro individuo aislado de pequeños países.
Lo dicho, que me he defendido de la fiebre con cabezonería y esfuerzo, creo que nadie se ha dado cuenta. Sólo cuando estábamos viendo "Alejandro Magno" he flaqueado, y el agotamiento de la dura lucha por el control de mi organismo me ha hecho dar cabezadas durante los momentos más lentos de la peli. Sin embargo, durante la grán sangría que he organizado como parte de mis actos de despedida, ni yo mismo me acordaba ya de la enfermedad.
Aunque hoy me sigue doliendo la garganta...
No es tampoco la graducón del ron Charrette, orgullo de esta isla de caña de azúcar (llega a los 49º y casi ni se notan cuando está bien mezcladito).
Era más bien la fiebre que me había invadido el lunes por la tarde y todo el martes. Por supuesto, no ha sido capaz de retenerme en la cama, y he ido a la playa con J y S, los dos italianos que junto conmigo, son el último ejemplo de vida mediterránea que queda por aquí, y que se van también una semana más tarde que yo... La isla no será lo mismo si sólo quedan ingleses, alemanes, canadienses y algun que otro individuo aislado de pequeños países.
Lo dicho, que me he defendido de la fiebre con cabezonería y esfuerzo, creo que nadie se ha dado cuenta. Sólo cuando estábamos viendo "Alejandro Magno" he flaqueado, y el agotamiento de la dura lucha por el control de mi organismo me ha hecho dar cabezadas durante los momentos más lentos de la peli. Sin embargo, durante la grán sangría que he organizado como parte de mis actos de despedida, ni yo mismo me acordaba ya de la enfermedad.
Aunque hoy me sigue doliendo la garganta...
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Brocco -