Un circo
Acabado el trámite del curso, a correr (literalmente) para coger el autobús rumbo a Grand Ilet, punto de partida de la ruta escogida a dos por la delegación hispano-noruega. Imposible llegar al destino antes de que la noche caiga, empezamos a caminar a las 4, y tenemos que cruzar del circo de Salazie al de Mafate en menos de tres horas. Somos cinco mochileros. Un reunionés, una inglesa. una alemana y dos españoles (una chica de Alcoy que está aqui de asistente de lengua por segundo año, y yo). El cielo estácubierto de nubes
Mis botas empiezan a hablar, parece que quieren protestar por la cantidad de kilómetros que les hago tragar cada semana. Yo les hago callar con una cuerda, no pueden fallarme ahora.
Cuando cae la noche se desata una pequeña rebelión en el grupo, se propone detener la marcha. Yo me niego, me encanta caminar bajo las estrellas y me quiero dar ese gustazo. No llevamos ni tres horas de caminata. Tenemos tres linternas para cinco personas; una cantidad razonable para un sendero fácil. Al final, no pueden conmigo y los arrastro hasta el punto de acampada en La Nouvelle, como estaba previsto. Je je no contaban con mi cabezonería.
Mis botas empiezan a hablar, parece que quieren protestar por la cantidad de kilómetros que les hago tragar cada semana. Yo les hago callar con una cuerda, no pueden fallarme ahora.
Cuando cae la noche se desata una pequeña rebelión en el grupo, se propone detener la marcha. Yo me niego, me encanta caminar bajo las estrellas y me quiero dar ese gustazo. No llevamos ni tres horas de caminata. Tenemos tres linternas para cinco personas; una cantidad razonable para un sendero fácil. Al final, no pueden conmigo y los arrastro hasta el punto de acampada en La Nouvelle, como estaba previsto. Je je no contaban con mi cabezonería.
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