Una casa de locos

Este fin de semana la entrada a mi casa está más que complicada... En primer lugar, se estropea la puerta principal del edificio, y con el trozo de llave dentro de la cerradura no hay manera de entrar (al menos salir sí se puede). Por suerte se puede acceder por el garage; aunque como los ascensores de mi escalera se han averiado también, pues toca coger el ascensor de cualquier otra escalera y luego pasearse por la entreplanta hasta mi portal. Y una vez allí subir por las escaleras. Y así todo el fin de semana, toda una vergüenza porque en mi edificio somos tan superguayschachipirulis que nos gastamos dinero en un guarda jurado que nos haga parecer aún más ricos, pero no nos da la gana de gastarun duro de más en llamar al 24h porque es muy caro. Pijos sí, pero agarrados también.Y eso que el porcentaje de la tercera edad en el bloque es cada vez mayor, ya me dirás qué gracia les hace subir y bajar escaleras o arriesgarse en la rampa del gárage. Me dan vergüenza ajena, son mucho más cutres que los de la serie de A3.

Una cosa buena de todo esto: ayer llegaba a mi casa pasada la media noche, y vi en la puerta uuna chica intentando abrir, pensé que llevaría una trompa encima pero no, luego descubrí que la cerradura estaba atascada, así que nos bajamos los dos y entramos por el garage. Nunca antes la había visto en el edificio. Y hoy al llegar también me la he encontrado, y esta vez era yo el que estaba jugando con el ojo de la cerradura a ver si la abría. Ha sido una coincidencia graciosa y nos hemos reído los dos. ¡Y yo que sigo jurando que nunca la había visto antes...!