Dio 8: Fuerteventura

Nos enteramos de que en otras sedes del Campus había habido ambientes enrarecidos, y me sentí más que feliz del grupo que habíamos formado entre organizadores, becarios y voluntarios. Esa noche hicimos cena en otro hotel más, y los voluntarios agraviados, que se sentían explotados, consiguieron del jefe la promesa de que no tendríamos que trabajar mucho en los días que quedaban. Por la noche fuimos a la playa y estuvimos allí riéndonos aunque el veinto nos metió en el hotel. Cómo no, nos dieron las 4 de la mañana, o más.
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