Día 9: el caos
El día empezó a las 06:20 ya que tenía que ir al aeropuerto a recoger a dos ponentes. Al llegar de regreso al hotel, me requieren en la sala de conferencias los de prensa. Yo les digo que a mí ya me han sacado en la prensa, pero no es eso lo que buscan. Al final acabo haciendo entrevistas para TVE en francés e inglés, y me toca hacer además la traducción de lo que van diciendo (es decir, que mi imaginación suplió mis carencias de memoria). Y cuando respiro... me entero de que en el campus del norte no hay voluntarios porque los que deberían estar allí andan en el sur, como nosotros, de campo y playa como quien dice. Así que dos de nosotros con carnet nos ofrecimos a hacer de enlace. De nuevo al aeropuerto, mientras otros hacían horas extra para cubrir el trabajo de los revoltosos.
Por no dar más detalles, ese día trabajamos tanto (algunos), que mis amigos se preocuparon por mi estado y no paraban de pedirme que descansara. Yo ya tenía pensado hacerlo, me eché una señora siesta en el aparcamiento del aeropuerto y al despertarme me tocó llevar a un señor peruano que debe ser muy importante, algo así como el presidente de la unión de países andinos en materia de sanidad. Un tipo muy agradable. Luego tuve otro descanso hasta quwe Serafín Zubiri acabó las pruebas de sonido, así que aproveché para ir a la playa un rato. Serafín resultó un tío muy cercano, y me gustó conocerle porque transmite su afán de superación. Y su perro Xifo es mimoso y juguetón, un perro guía Labrador.
Al final llegamos al hotel a las 11 de la noche, menos mal que mis amigos me habían guardado cena. Comida para dos personas, toda para mí. ¡Como me quieren (y me conocen)! Luego una ducha y de fiesta de nuevo. Tuve que aguantar a los que se habían escaqueado justificándose; yo les dije que lo había hecho porque me había dado la gana así que no quería saber sus razones. por lo demás lo pasamos bien en el pub y luego en la playa. Típico juego de preguntas del que yo ya me había escapado una vez, pero a la segunda me quise quedar. Y hubo muchas sorpresas, además de que me dí cuenta de que todos se pensaban que me gustaba mi amiga Marta. Y acabamos desayunando en el hotel antes de ir a dormir justo antes de las 8.
Por no dar más detalles, ese día trabajamos tanto (algunos), que mis amigos se preocuparon por mi estado y no paraban de pedirme que descansara. Yo ya tenía pensado hacerlo, me eché una señora siesta en el aparcamiento del aeropuerto y al despertarme me tocó llevar a un señor peruano que debe ser muy importante, algo así como el presidente de la unión de países andinos en materia de sanidad. Un tipo muy agradable. Luego tuve otro descanso hasta quwe Serafín Zubiri acabó las pruebas de sonido, así que aproveché para ir a la playa un rato. Serafín resultó un tío muy cercano, y me gustó conocerle porque transmite su afán de superación. Y su perro Xifo es mimoso y juguetón, un perro guía Labrador.
Al final llegamos al hotel a las 11 de la noche, menos mal que mis amigos me habían guardado cena. Comida para dos personas, toda para mí. ¡Como me quieren (y me conocen)! Luego una ducha y de fiesta de nuevo. Tuve que aguantar a los que se habían escaqueado justificándose; yo les dije que lo había hecho porque me había dado la gana así que no quería saber sus razones. por lo demás lo pasamos bien en el pub y luego en la playa. Típico juego de preguntas del que yo ya me había escapado una vez, pero a la segunda me quise quedar. Y hubo muchas sorpresas, además de que me dí cuenta de que todos se pensaban que me gustaba mi amiga Marta. Y acabamos desayunando en el hotel antes de ir a dormir justo antes de las 8.
1 comentario
brocco -
pues a ver si m saco una década de éstas el puto carné, q luego te pasan cosas curiosas..