Volem te
Aquella noche, en la playa, se juntaron sus labios con los de ella, en el momento exacto en que empezaban los fuegos artificiales a dibujar sus caprichosas formas en el firmamento. Durante todo el tiempo que se besaron sin tregua, silbaban a su alrededor serpentinas de formas cambiantes, saltaban los cohetes sobre sus cabezas y la oscuridad estallaba hecha añicos entre rojos vivos, verdes refulgentes y azules centelleantes. Cuando regresaban a casa cogidos de la mano no cayeron en la cuenta de que, según el programa oficial de las fiestas, para aquella noche no estaba programado ningún espectáculo pirotécnico.
1 comentario
Aldeana -
Son bonitos los amores de verano... sobre todo si duran toda la vida...
Quiero una playa por la que pasear... ¡YA!