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Viaje a los sueños (polares)

Vecinos

Vecinos Lo reconozco. Vivo en un edificio de pijos, lo sé. Nunca me he llevado bien con mis vecinos, salvo honrosas excepciones. Ayer mismo una vecina, madre de un amigo mío, me paró en el portal y me dijo que se notaba que había decidido dedicarme a la vida bohemia. En realidad estaba llamandome hippie por llevar la barba y el pelo cada vez más despeinado. Ella me lo decía con su chihuahua en brazos y toda arreglada para sacar al perro. Hay que ver que aguante tengo a veces y lo bien que disimulo...
Mi edificio está lleno de pijos. Por eso me sorprende que ayer, al terminar la manifestación que pedía no sé qué del trasvase Jucar Vinalopó (creo que piden que se mantengaa un trazado que trae menos agua que el que proponen ahora, lo cual me desconcierta), un nutrido grupo de mis vecinos regresara a sus casas con pancartas. Yo pensaba que eran empresarios, concejales del PP, ejecutivos, ... ¡y resulta que son agricultores! Deben ser otros vecinos los que rechazaron la reparación de las placas solares que había mi edificio para pasarse a los calentadores de gas. No me lo explico muy bien. Bueno, sí, es que el nuevo trazado trae agua apta para riego pero no potable, es decir, no apta para llenar piscinas ni servir a nuevos apartamentos. Y además, si se riega el campo de golf con ese agua, luego huele mal y da asquito y se me manchan los bajos del pantalón de 150€. ¡Que lo rieguen con agua Solán de Cabras!

Por cierto, a ninguno de los que llevaban las pancartas de ¡NOS NIEGAN EL AGUA! les ví en las manifestaciones contra la guerra. Claro, que en esas fuimos muchos más de los 40.000 que (dicen) hubo ayer. O incluso 150.000 he llegado a leer. ¡Ja! Yo vivo justo al lado y no me parecieron ni la mitad de la mitad.

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