Transiciones
Estamos en ese extraño periodo que hace de frontera entre el verano que se acerca y la primavera que se empieza a desdibujar (y que, este año, ha sido pródiga en lluvias por estos lares). Aún estamos en periodo de clases pero la gente se deja caer muy a menudo por los pedazos de césped que salpican el campus. Y mis hormonas, aunque aún a niveles altos, han empezado a tranquilizarse.
Ya han empezado a picarme los mosquitos. Y a zumbar en mi oreja. Eso es yo creo lo que más odio del verano.
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