Hoy he descubierto que existe una hormona del hambre. Se llama grelina. Sabía que había una del no-hambre, la saciedad, pero lo que a mí me sucede es que desde siempre he comido como si tuviera que alimentar a una familia de tenias. Mi madre nunca tuvo que perseguirme con la papilla por la casa. Siempre le abría la boca al avioncito.
Por suerte mi metabolismo elimina gran parte de las calorías de una manera desconocida, y me mantengo dentro de unos límites "normales". De hecho, la alimentación de esta isla ha conseguido que pierda alguno de esos kilos que pillé cuando las nieves sitiaron mi habitación hace cuatro años y me tiré dos meses de estudio intensivo para hacer diez exámenes de tirón.
Aún así y a pesar de la monotonía alimentaria y la ausencia de madre, como más que nadie por aquí. Y la culpa de todo es de esa hormona. Lo bueno de la biología es que siempre encuentras alguna molécula a quién culpar de tus peculiaridades. Ahora sólo me falta que alguno de mis amigos biólogos de laboratorio se proponga descubrir la hormona del viajero, que es en estos momentos la que me trae de cabeza. Porque acabo de aterrizar y ya estoy planeando mi siguiente escapada. Esta vez zarparé hacia
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Es lo que tiene el haber acabado los exámenes, que mi cabeza está demasiado desocupada.
Acabados oficialmente los exámenes en esta universidad, los italianos han decidido abrir oficialmente el periodo de bromas. Todo vale, menos las burradas, lo que deja un gran espacio a la imaginación (y al miedo)... como lo sabíamos desde el lunes mi cabeza ya tiene maduradas unas cuantas ideas, suerte que mis años en un colegio mayor me han dejado una fértil experiencia en bromas. Además, no sólo los italianos y yo participamos, ya se han apuntado algunos más así que nunca se sabe detrás de qué sonrisa se esconde la traición. Eso sí, sin rencores...
Ya he empezado las vacaciones pero los papeles de mi futura beca están enterrándome. Por si fuera poco un maldito informe de prácticas se me resiste y me impide disfrutar de las playas o la montaña. Espero acabar los papeleos bien pronto y entregar el trabajo mañana si consigo cuadrar los datos de alguna forma lógica (¿Quién dijo que los peces eligen sus hogares de forma lógica?).
Después de la tormenta salen los caracoles, como todos los niños saben. Lo que no imaginaba yo es que los caracoles de esta isla alcanzaban unas dimensiones como las de la foto. Ahora mismo están por todas partes, y lo más curioso es (aparte de su descomunal tamaño) que la mayoría descienden las paredes, por lo que parece ser que habitan debajo de los tejados ¿...?
Como siempre, cuando tengo exámenes aparecen los concursos de fotografía para quitarme tiempo. El último además aparece en mi pantalla con insistencia cada vez que me acerco a la página web del periódico de España para leer a mi admirado Forges. Las bases, en 
Ayer fue un dia diferente. En la residencia se notaba el ambiente algo extraño. Acabábamos de despedir a Rick y a otros canadienses, los primeros de entre los estudiantes internacionales en partir, y a pesar de que no se hablaba mucho de ello el ambiente estaba gris. En el exterior las nubes empezaban a crecer, y pronto el radiante día se cerró y cayeron cuatro gotas que pude ver desde la ventana de la sala de estudio. Porque aunque parezca que no, estoy de exámenes. Luego la lluvia arreció y una preciosa tormenta aterrizó sobre la universidad, limpiando la pena pero dejando para hoy una humedad insoportable en el aire.
Desde hace unas cuantas noches, no duermo sólo, ya que este individuo se cuela en mi habitación sin pedir permiso. No es que me importe mucho, la verdad es que apenas siento su presencia si no fuera porque de vez en cuando le da por cantar en mitad de la noche, escondido detrás de la cortina. Si no fuera por ese pequeño detalle al que espero acostumbrarme pronto, este compañero de habitación es un chollo porque desde que viene a verme por las noches los mosquitos me respetan. Lo que es, en esta isla, el mayor de los lujos. Aún tengo que ponerle nombre, se aceptan sugerencias.
El primer día fue gris y llovía con intermitencia.
Este David era un modelo perfecto.
De esta estoy bastante contento y la incluímos en la exhibición.
Después de cierto tiempo sabiendo que debía ver la película Donnie Darko, y a raíz de un comentario de un amigo, me decidí ayer a alquilar el DVD en medio de mi periodo de exámenes, para despejar mi cabeza. Nada más lejos de la realidad pues la historia (que me ha gustado mucho) ha dejado abiertas muchas puertas en mi cabeza, y durante la noche he estado dándole vueltas hasta llegar a una conclusión que es nada más que una pregunta...
Desde ue regresé estoy preocupado, porque los Erasmus hemos sido papás pero no encontramos a los perritos. Una de las perras del Campus (Frida) ha sido mamá pero ha escondido tan bien los cachorros que no los encontramos, lo cual me preocupa porque quiero ver cuantos son, y como están. De momento a la mamá la cuidamos y cuando se deja ver por el comedor de la uni le damos de nuestros platos, y la mimamos e el césped.(Frida) Pero no nos quiere llevar hasta los cachorros, ni siquiera a mí, que personalmente me adora...
A los que estaban preocupados, decirles que estoy mejor que hace unos días.
Tan repentina como llegó. La sensación de falta de libertad ha desaparecido sin dejar rastro... Bueno, la he exorcizado un poco, pero lo importante es que ya me sento mejor. Me siento de nuevo dueño de mí mismo.
He encontrado esta imagen de una campaña censurada de la MTV. Lo cierto es que expone la realidad de una manera clara y precisa. Y deja una gran puerta abierta al pensamiento.
Hoy he descubierto un nuevo sentimiento, el de la falta de libertad. Hoy la fabulosa costa de la isla se ha convertido para mí en los más altos muros de una prisión de la que no podría escapar aunque lo deseara... Una sensación de lo más desagradable que se ha quedado conmigo, rodeándome a lo largo del día. Como las nubes que al caer la tarde ensombrecen lo alto de las montañas, esa idea se ha quedado conmigo toda la tarde y la noche...